En 1950 un inmigrante español llega a Mendoza y desembarca en el mítico Valle de Uco por sus similitudes con su amada tierra natal para dedicarse a su gran pasión: la vid. Es así como forma su familia y con ella, en 1994, comienza a embotellar sus propios vinos en un terroir renombrado en el mundo entero. El resultado: un elixir único que representa la riqueza del suelo de este lugar tan particular y su rico pasado, a los pies de la impactante cordillera de los Andes.

Hablar hoy del Valle de Uco es garantía de los mejores vinos a nivel mundial. Las características del suelo, el microclima, el aporte cordillerano, el agua de deshielo, la altura y muchos otros factores lo vuelven el terroir por excelencia para esta cepa. El Cabernet Franc es un vino muy reconocido y valorado: solo hay que experimentarlo para entender lo que las palabras no podrían describir.